El pasado fin de semana ocurrió un suceso histórico, el St. Pauli jugará la próxima temporada en la Bundesliga tras 13 años. Aquel conjunto ubicado en Hamburgo celebró a lo grande junto al apoyo incondicional de su gente, quien tiene banderas particulares de lucha contra el sexismo y la homofobia.
El día domingo, St. Pauli derrotó por tres tantos contra uno a VFL Osnabrük, al escuchar el pitido final marcado por el árbitro del encuentro, el público del conjunto local invadió el terreno de juego de forma descontrolada, para celebrar el tan ansiado acenso a la primera categoría del fútbol alemán.
St. Pauli se ubica en la primera posición de la Segunda División, esta categoría le otorga tres ascensos a la primera división, con 66 unidades, uno más que KSV Holstein y seis que Düsseldorf que ya ascendió de forma directa y de lograr un triunfo en la última fecha, levantará el título en juego.
St. Pauli es reconocido a nivel mundial, además de por lo futbolístico, por representar una ideología sumamente marcada. El conjunto alemán es de ultraizquierda y retornará a la primera división 13 años después. En este siglo, disputó dos veces la categoría en los años 2001/2002, 2010/2011, sumándose a estas la próxima temporada, 2024/2025.
La historia del St. Pauli. ¿Cómo se convirtió en un equipo con una ideología tan marcada?
La historia del conjunto alemán, está estrechamente ligada a su barrio y con el pasar del tiempo se transformó en un club con ideales progresistas. Además de su apoyo social, tiene su identidad antifascista, anti homofobia y adoran e idolatran al Che Guevara y a sus hinchas les encanta el rock.
El club fue fundado en 1910 y durante gran parte de su historia temprana, no se destacó particularmente por su posición política o social. Sin embargo, en la década de 1980, el club comenzó a adoptar una postura más activa en cuestiones sociales y políticas.
Esto coincidió con un período de agitación social en Alemania y en todo el mundo, así como con el resurgimiento del movimiento punk y contracultural.
El St. Pauli, ubicado en un barrio conocido por su diversidad, vida nocturna y ambiente alternativo, se convirtió en un lugar donde estas ideas encontraron un terreno fértil.
El apoyo de St. Pauli a causas sociales y políticas de izquierda se consolidó durante este período. Los aficionados del club comenzaron a identificarse cada vez más con valores como la igualdad, la tolerancia y la lucha contra la discriminación en todas sus formas. St. Pauli se convirtió en un símbolo de resistencia contra el racismo, el sexismo, la homofobia y otras formas de intolerancia.
El estadio del club, el Millerntor-Stadion con una impresionante capacidad para 30.000 espectadores se convirtió en un lugar donde se promovían estas ideas. Se podían ver pancartas y consignas en apoyo a diversas causas durante los partidos, y el club también participaba activamente en iniciativas comunitarias y proyectos sociales.
La reputación de St. Pauli como un club "de ultraizquierda" se consolidó en las décadas siguientes, atrayendo a seguidores no solo por su fútbol, sino también por su compromiso con la justicia social. Este enfoque único ha convertido al FC St. Pauli en mucho más que un simple equipo de fútbol; es un símbolo de resistencia, solidaridad y lucha por un mundo más justo.