La jueza federal María Eugenia Capuchetti rechazó este lunes el pedido de secuestro del teléfono del diputado nacional de Juntos por el Cambio (JxC) Gerardo Milman, medida que había sido solicitada por el fiscal Carlos Rivolo en el marco de la causa en la que se investiga el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El rechazo surge de la misma resolución con la que la magistrada ordenó extraer la información del segundo teléfono secuestrado el jueves pasado a Carolina Gómez Mónaco, asesora de Milman, con el objetivo de buscar información que permita avanzar o descartar la pista que conectaría al diputado nacional con el intento de asesinar a la exmandataria.
Se trata de medidas solicitadas en el marco de lo que se conoce como "pista Milman", iniciada a partir de que un asesor del Frente de Todos en la Cámara de Diputados, Jorge Abello, se presentó ante la justicia el año pasado para decir que el 30 de agosto, dos días antes del atentado fallido, había escuchado al diputado de JxC decir: "Cuando la maten yo estoy camino a la costa".
La medida había sido solicitada por el fiscal Carlos Rivolo
La magistrada recordó en su fallo que Milman no se encuentra imputado en la causa del atentado -algo escrito en el expediente por la propia fiscalía-, por lo que resolvió no hacer lugar "a la medida de secuestro del celular del Diputado Nacional".
La jueza sostuvo que para avanzar con medidas como la del secuestro debería "efectuarse mediante una solicitud formulada ante la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara, por la posible comisión de un ilícito penal en cabeza del legislador", a lo que agregó: "Imputación que tampoco surge del dictamen del Ministerio Público Fiscal (MPF) que en su última intervención razonó, 'hasta aquí el nombrado no reviste en estos actuados la calidad de imputado'".
La medida había sido solicitada por el fiscal Rivolo luego de que una exsecretaria de Milman se presentara en los tribunales federales de Comodoro Py para ampliar su declaración testimonial y contar que puso su teléfono en manos de un "perito", supuestamente facilitado por Milman, para que le borrara información personal que no quería que trascendiera.