Mientras Javier Milei sigue concentrado en la macroeconomía, la situación de la economía real parece estar lejos de mejorar. Es que ahora se conoció una caída fuerte en julio para la actividad de las pymes.
Entre enero y julio, la actividad de las pequeñas y medianas empresas cayó casi 19%. Ahora se suma la dificultad para encarar el pago de sueldos.
Mientras Javier Milei sigue concentrado en la macroeconomía, la situación de la economía real parece estar lejos de mejorar. Es que ahora se conoció una caída fuerte en julio para la actividad de las pymes.
En concreto, la producción manufacturera de las pequeñas y medianas empresas tuvo una caída de 17,8% anual en el mes de julio. De ese modo, acumula una retracción del 18,6% en los siete meses del año frente al mismo período de 2023.
Los datos surgieron de un relevamiento elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Pero pese a la caída, la medición superó al del mes previo, ya que luego del derrumbe del 30% en enero, se había atenuado el retroceso al 9,9% en febrero, en marzo se aceleró al 11,9%, en abril al 18,3%, en mayo al 19% y en junio al 20,4%.
"Es el octavo mes consecutivo en caída, en un mercado donde los precios se han estabilizado, pero la pérdida de poder adquisitivo continúa afectando la demanda interna", plantearon desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa.
En el informe, la entidad señaló que "este escenario se agrava por las dificultades en el acceso al financiamiento y los altos costos operativos, lo que coloca a muchas pymes en una situación difícil y con márgenes de rentabilidad estrechos".
A su vez, indicaron: "Los principales obstáculos que enfrentan en estos momentos tuvieron como protagonista con el 39,3% a la falta de ventas, mientras que el 37,2% se refirió a los altos costos de producción y logísticos, el 12,2% a la falta de acceso al financiamiento y otro 5,9% a los problemas de cobranza".